¿Qué hago si mi banco me aplica Cláusulas Abusivas en mi Hipoteca?

Los contratos hipotecarios son probablemente los compromisos financieros más importantes que asumimos a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, durante años, las entidades bancarias han incluido cláusulas abusivas en estos contratos, aprovechándose del desequilibrio de conocimientos y poder negociador entre las partes. Identificar estas cláusulas, entender sus implicaciones y conocer los mecanismos para reclamar puede suponer la recuperación de miles de euros indebidamente cobrados.

¿Cómo identificar si tu hipoteca contiene cláusulas abusivas?

El primer paso para defender tus derechos es identificar si tu hipoteca contiene cláusulas que puedan ser consideradas abusivas según la legislación y jurisprudencia actual. Algunos indicios que deberías revisar son:

Revisa detenidamente tu escritura hipotecaria buscando disposiciones que limiten la bajada del tipo de interés variable (cláusulas suelo) o que establezcan tipos mínimos. Estas cláusulas han sido ampliamente declaradas nulas cuando no fueron transparentes en su comercialización.

Comprueba si tuviste que asumir todos los gastos de constitución de la hipoteca (notaría, registro, gestoría, impuestos), cuando varios de estos conceptos correspondían legalmente al banco, un abuso similar al que ocurre cuando las aseguradoras intentan minimizar las indemnizaciones en accidentes de tráfico sin base legal para ello.

Verifica si tu hipoteca incluye el índice IRPH como referencia para el tipo de interés variable, un índice que ha sido cuestionado por su falta de transparencia y posible manipulación. El Tribunal Supremo y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea han emitido sentencias importantes al respecto.

Analiza si existen comisiones por servicios no prestados, intereses de demora desproporcionados (superiores a tres puntos sobre el interés remuneratorio) o cláusulas de vencimiento anticipado abusivas, que permitían al banco reclamar toda la deuda por un solo impago.

Si tienes dudas sobre la interpretación de alguna cláusula de tu escritura, es recomendable consultar con un profesional especializado, de la misma manera que buscarías asesoramiento experto para reclamar por una negligencia médica.

Las cláusulas más frecuentes declaradas abusivas por los tribunales

La jurisprudencia ha ido evolucionando en los últimos años, declarando abusivas numerosas cláusulas habituales en contratos hipotecarios. Las más relevantes son:

  • Cláusula suelo: Establece un límite mínimo al interés variable, impidiendo que el cliente se beneficie de las bajadas del Euríbor. El Tribunal Supremo las declaró nulas cuando no se comercializaron con transparencia, permitiendo recuperar todo lo pagado en exceso desde el inicio del préstamo.
  • Gastos hipotecarios: Durante décadas, los bancos trasladaron todos los gastos de formalización al cliente. El Tribunal Supremo estableció que varios de estos gastos correspondían a la entidad financiera, como los de notaría (parcialmente), registro de la propiedad, gestoría y el impuesto de Actos Jurídicos Documentados (hasta el cambio legislativo de 2018).
  • IRPH: Este índice alternativo al Euríbor ha sido cuestionado por su transparencia y forma de cálculo. El TJUE estableció que los tribunales nacionales deben analizar si se informó adecuadamente al cliente sobre su funcionamiento y evolución histórica comparada.
  • Intereses moratorios excesivos: Se han declarado abusivos los intereses de demora superiores a tres puntos porcentuales sobre el interés remuneratorio.
  • Vencimiento anticipado: Las cláusulas que permitían resolver el préstamo por un solo impago han sido consideradas abusivas. La legislación actual exige un número mínimo de cuotas impagadas equivalentes a un determinado porcentaje del capital.

La evolución jurisprudencial en materia de cláusulas abusivas ha sido constante, similar a lo ocurrido con las interpretaciones legales en procedimientos de divorcio, donde también se han producido cambios significativos en beneficio de la parte más vulnerable.

Pasos para reclamar: ¿Por dónde empezar?

Si has identificado cláusulas potencialmente abusivas en tu hipoteca, el procedimiento para reclamar sigue generalmente estos pasos:

  • Recopilación de documentación: Reúne tu escritura hipotecaria, todos los recibos de préstamo disponibles, justificantes de pago de gastos de constitución y cualquier comunicación relevante con el banco.
  • Reclamación previa al banco: El primer paso formal es presentar una reclamación escrita ante el Servicio de Atención al Cliente de la entidad, especificando claramente las cláusulas que consideras abusivas y la devolución que solicitas. El banco debe responder en un plazo máximo de dos meses.
  • Reclamación ante el Banco de España: Si la respuesta es negativa o no recibes contestación, puedes acudir al Departamento de Conducta de Mercado y Reclamaciones del Banco de España. Aunque sus resoluciones no son vinculantes, un informe favorable puede presionar al banco para llegar a un acuerdo.
  • Demanda judicial: Si las vías anteriores no funcionan, la opción más efectiva es interponer una demanda judicial. Los tribunales están mayoritariamente fallando a favor de los consumidores en estos casos.

Este proceso puede parecer complejo, pero con el asesoramiento adecuado resulta perfectamente abordable, de manera similar a como ocurre en los procedimientos por tarjetas revolving, donde también se siguen pasos estructurados para la reclamación.

¿Cuánto puedes recuperar? Factores que determinan el importe

La cantidad económica que podrías recuperar al reclamar cláusulas abusivas varía considerablemente según diversos factores:

En el caso de las cláusulas suelo, el importe dependerá de la diferencia entre el tipo de interés aplicado (el suelo) y el que debería haberse aplicado (normalmente Euríbor + diferencial), multiplicado por el tiempo durante el cual se aplicó. En muchos casos, esto supone entre 10.000€ y 20.000€, más intereses legales.

Para los gastos hipotecarios, la cantidad recuperable suele oscilar entre 2.000€ y 4.000€, dependiendo del importe del préstamo y la fecha de constitución. Tras la jurisprudencia más reciente, generalmente se recupera el 100% de los gastos de registro, 50% de notaría, 100% de gestoría y, para hipotecas anteriores a noviembre de 2018, el impuesto de AJD.

En cuanto al IRPH, la cuantía dependerá de la diferencia entre este índice y el Euríbor (más común y generalmente más favorable) durante la vida del préstamo, lo que puede suponer cantidades muy significativas.

Para otras cláusulas como intereses moratorios o comisiones indebidas, los importes serán específicos de cada caso. Un análisis profesional de tu situación, similar al que realizaría un experto en inspecciones laborales, te permitirá conocer tu potencial de recuperación.

¿Conviene negociar con el banco o ir directamente a los tribunales?

Una de las decisiones estratégicas más importantes al reclamar cláusulas abusivas es si intentar alcanzar un acuerdo extrajudicial con el banco o acudir directamente a la vía judicial:

Ventajas de la negociación previa:

Puede resultar más rápida que un procedimiento judicial, que puede demorarse entre uno y dos años según la carga de trabajo de los juzgados. Evita los costes asociados al proceso judicial (aunque en muchos casos de cláusulas abusivas no hay condena en costas). Elimina la incertidumbre inherente a cualquier litigio, por favorable que sea la jurisprudencia.

Sin embargo, habitualmente las ofertas de los bancos son significativamente inferiores a lo que podrías obtener por vía judicial, algo parecido a lo que ocurre con las ofertas iniciales en conflictos por herencias sin testamento, donde los acuerdos extrajudiciales suelen ser menos favorables.

Ventajas de la vía judicial:

Los tribunales están fallando mayoritariamente a favor de los consumidores, con criterios cada vez más consolidados. Las sentencias suelen reconocer el 100% de lo reclamado más intereses legales, mientras que los acuerdos extrajudiciales raramente llegan a ese nivel. Una sentencia firme favorece la seguridad jurídica y evita problemas futuros con la misma entidad.

La decisión entre negociar o litigar dependerá de tus circunstancias particulares, el importe potencial a recuperar y tu tolerancia a la espera y el proceso judicial.

La importancia de los plazos: ¿Puedes reclamar todavía?

Los plazos de prescripción son fundamentales en cualquier reclamación legal. En el caso de las cláusulas abusivas:

Para cláusulas suelo, el plazo general de prescripción es de 5 años desde que se realizó el último pago afectado por la cláusula. Sin embargo, si la hipoteca sigue vigente y la cláusula continúa aplicándose, el plazo no ha comenzado a correr.

En cuanto a gastos hipotecarios, el Tribunal Supremo ha establecido un plazo de prescripción de 5 años, contados desde la sentencia del TS de diciembre de 2015 (para hipotecas anteriores a esa fecha) o desde la firma del préstamo (para hipotecas posteriores).

Para IRPH, al tratarse de una condición que sigue aplicándose en préstamos vigentes, la acción para reclamar generalmente no está prescrita mientras el préstamo siga en vigor.

Es vital actuar con celeridad una vez identificada una posible cláusula abusiva, pues los plazos de prescripción pueden limitar tu capacidad de reclamación, similar a lo que ocurre en procedimientos de nacionalidad donde los plazos administrativos son estrictos.

¿Afecta la reclamación de cláusulas abusivas a la relación con tu banco?

Muchos clientes dudan en reclamar por temor a represalias o a deteriorar su relación con la entidad bancaria. Es importante entender:

Legalmente, el banco no puede tomar represalias contra un cliente por ejercer sus derechos legítimos. Cualquier acción negativa podría considerarse una práctica discriminatoria denunciable.

En la práctica, aunque la relación comercial puede volverse más formal, los bancos están cada vez más acostumbrados a estas reclamaciones y las tratan como un proceso legal ordinario, separándolas de la relación comercial cotidiana.

En algunos casos, paradójicamente, una reclamación bien gestionada puede llevar a una mejora en las condiciones futuras, ya que el banco reconoce que está tratando con un cliente informado de sus derechos, comparable a lo que ocurre cuando un trabajador conoce bien sus derechos en una situación de posible despido.

Si te preocupa este aspecto, una estrategia puede ser sondear primero al banco con una reclamación amistosa para evaluar su receptividad, antes de proceder con medidas más formales. También es recomendable mantener la comunicación a través de un abogado, lo que despersonaliza el proceso.

La protección de tus derechos como consumidor debe primar sobre el temor a posibles consecuencias en tu relación bancaria, especialmente cuando están en juego cantidades significativas que te pertenecen legítimamente, similar a cómo deberías defender tus derechos en contratos de alquiler con cláusulas abusivas.

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